Renfe volverá a beneficios en 2023 tras 3 años en pérdidas apoyada en el AVE y el recibo eléctrico
La operadora que preside Raül Blanco prevé aumentar el 9,6% su cifra de negocio hasta los 4.600 millones de euros
Renfe registra pérdidas en este cuatrimestre por 67 millones, un 30% menos que en 2022
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Renfe volverá a beneficios este año. Serán discretos, apenas tres millones de euros, pero servirán para que la compañía que preside Raül Blanco abandone los números rojos en los que entró como consecuencia de las limitaciones de movilidad impuestas por la pandemia de Covid-19. El buen comportamiento de su producto estrella, el AVE y, sobre todo, la rebaja de la tarifa eléctrica, del 40%, son los pilares en los que se basa la recuperación de la cuenta de resultados de la operadora pública. Renfe sufre como nadie en sus resultados las variaciones del precio de la electricidad habida cuenta de que es el mayor consumidor eléctrico de España con una factura media mensual de 32 millones de euros.
Renfe ha acumulado unas pérdidas superiores a los 931 millones de euros después de cerrar 2022 con unos números rojos de 108 millones, tras el quebranto de 473 millones en 2021 y el déficit de 350 millones registrado el año posterior a la pandemia, 2020.
La vuelta al beneficio es paralela a una subida prevista del 9,6% en la cifra de negocios de la empresa que, a final de año, se situarán en los 4.600 millones de euros frente a los 4.053 millones que facturó en 2022, según ha podido saber OKDIARIO.
El tirón de los ingresos se basa, en esencia, en el buen comportamiento de la Alta Velocidad Española (AVE), su producto estrella, ya que la asignación del Estado a la operadora por sus servicios públicos, Cercanías y Media Distancia, está prácticamente congelada este año pese al fuerte tirón de la demanda como consecuencia de las políticas de promoción del transporte público para reducir las importaciones energéticas.
De ese modo, los ingresos por servicios comerciales de alta velocidad han crecido el 6,2% hasta mayo (últimas cifras publicadas por la compañía) para situarse en 518,8 millones de euros, frente a los 488,4 millones del mismo periodo del ejercicio pasado.
Tras la liberalización del mercado ferroviario de viajeros, la batalla comercial se enfoca en la alta velocidad con la que acaba de entrar a competir directamente en Francia.
En España, la apertura del mercado ferroviario a la competencia ha supuesto la aparición de dos duros rivales: la francesa Ouigo (filial de la pública SNCF, principal operador de ese país) y la italiana Iryo (participada por Trenitalia) ha generado un fuerte aumento de la demanda de alta velocidad. Renfe, que compite con estas low cost con su marca propia, Avlo, se beneficia de ese tirón de la demanda no solo en el segmento de los viajes baratos. Avlo ha permitido a la compañía pública posicionar su producto AVE como un producto de alta calidad y mayores ingresos.
De hecho, el número de pasajeros transportados hasta mayo en el servicio AVE crece más del 10,5% en términos interanuales hasta superar los 12,2 millones. Eso supone que los trenes de alta velocidad de Renfe han tenido 1,1 millones de viajeros más entre enero y mayo de este año.
Aunque el efecto de la competencia ha provocado una rebaja de precios en algunas líneas que hacen que ese crecimiento de usuarios no sea proporcional al aumento de la facturación.
Sea como fuere, el cruce de estas principales partidas sostiene también la subida del 42% en el beneficio bruto de explotación (Ebitda) de la empresa previsto para el ejercicio de 2023 que se situará en torno a los 103 millones de euros.
Otro factor que influye para entender la vuelta a los números negros en la cuenta de resultados de Renfe es el efecto de las subidas de los tipos de interés, que aportarán un resultado positivo en esta partida y que compensan el encarecimiento de la financiación de las inversiones para la renovación de su flota.
Inversión en flota
La rebaja de la factura eléctrica es la otra clave de la recuperación de la empresa, ya que Renfe es la mayor consumidora de electricidad de España. Como muestra, los casi 160 millones de euros que ha pagado la ferroviaria por este concepto solo en los cinco primeros meses del año; lo que resulta una media de 32 millones de euros al mes solo por este concepto. Aun así, la cifra supone un descenso del 40% con respecto a lo desembolsado en el mismo mes del año pasado. Una diferencia de 100 millones de euros que se quedan en la cuenta de resultados del grupo.
Por el lado del pasivo de la compañía, la deuda supera los 4.000 millones de euros. En su mayor parte por el amplio programa de inversiones en flota desarrollado desde entre 2019 y 2023 y que asciende a 4.500 millones de inversión. De hecho, a finales de junio pasado, Renfe encargó a CAF otros 32 nuevos trenes eléctricos de Media Distancia por 190 millones de euros.
Al contrario que en otros negocios de transporte como el aéreo, los trenes no se financian por leasing, sino que son compras directas. De ahí que la inversión en flota sea financiada y los trenes, en propiedad. La financiación se realiza a través del Banco Europeo de Inversiones y entidades privadas y se amortizan a 40 años.
El plan de flota en curso tiene tres ramas: la de Cercanías y Media Distancia, la de Alta Velocidad y la de Mercancías. En el caso de los servicios públicos, la operadora no renovaba flota desde 2008. Para el servicio AVE, desde 2016, cuando adquirió a Talgo sus Serie 106 Avril, que deberían haber llegado a la operadora a principios de 2021 y por cuyo retraso Renfe reclama al fabricante español una indemnización de 116 millones por la demora. Mientras ese problema se resuelve, la operadora ha encargado a Talgo (presidida por Carlos de Palacio y Oriol) 26 cabezas tractoras de alta velocidad por 204 millones para formar trenes con composiciones de ese fabricante en las que serán la nueva Serie 107 de Renfe.
Además, ambas compañías están en plena remodelación de 14 trenes Alvia (Alta Velocidad-Media Distancia y alta velocidad) por 35 millones de euros, para su uso en la línea de altas prestaciones de Extremadura y en otras líneas de alta velocidad.
El tren Avril, que ha logrado en pruebas superar los 360 kilómetros por hora de velocidad comercial, estará formado por once coches, dos de ellos de clase Premium, y destacará por su ligereza, un 30% menos de peso que un tren estándar.
Los nuevos trenes (fabricados por CAF, Talgo y Stadler) llegarán a los hangares de la ferroviaria entre 2024 y 2026, año en el que la compañía española tendrá la flota más moderna del mundo, con 406 unidades de servicio público (Cercanías y Media Distancia).
Para la flota de Mercancías, la ferroviaria española encargó a la suiza Stadler 24 nuevas locomotoras eléctricas que suponen una inversión superior a los 200 millones de euros.